Hercólubus (más correctamente Hercóbulus) es un planeta ficticio ideado en la segunda mitad del siglo XX posiblemente por el médium y abogado brasileño Hercilio Maes (1913-1993).Varios astrólogos profetizaron que Hercólubus se estaría acercando al planeta Tierra y sería el causante del fin del mundo el 11 de agosto de 1999.[3][4] Varios autores escribieron acerca del planeta Hercólubus, pero ninguno cita de qué texto extrajo el asunto (todos escriben como si hubieran recibido la información de maneras sobrenaturales).El término Hercóbulum posee la partícula bulum, que es un sufijo instrumental del idioma latín: En el transcurso de los plagios entre autores, la palabra se trastocó de Hercóbulum a Hercólubus.Hercólubus se encontraría en un supuesto sistema solar llamado Tilo, que estaría acercándose a la Tierra y en el siglo XX se profetizó que produciría la hecatombe apocalíptica del fin de los tiempos, el 11 de agosto de 1999.[7][8][9] Entre estos datos estaría su tamaño, 6 veces mayor que Júpiter[10] y que la acción de su gigantesco campo gravitatorio sería el productor de una gran catástrofe.Afirma que Hercólubus se encuentra aproximadamente a 500 UA (unidades astronómicas: la distancia media entre la Tierra y el Sol, unos 150 millones de kilómetros) de la Tierra y que cuando se acerque hasta 4 UA de la Tierra, generará una catástrofe.Además menciona que en 1999 ya se observaría el planeta como una gran estrella al amanecer.[11] Según Rabolú en su libro, Hercólubus habría pasado por la Tierra hace unos 13 000 años, destruyendo la antigua civilización de la Atlántida.[7] Hercólubus, o planeta rojo ha despertado curiosidad en muchos seguidores de las filosofías pertenecientes a la corriente New Age, sin embargo carece de la menor base científica.Rabolú, seguidor de la doctrina neognóstica pregonada por el ya fallecido escritor colombiano Samael Aun Weor (Víctor Manuel Gómez, 1917-1977), sostiene que el objetivo de la aproximación del supuesto Hercólubus es la purificación del aura terrestre.La comunidad científica niega tajantemente la existencia de algún planeta gigante pero invisible.[12] Es notoria la completa indefinición acerca de la ubicación exacta del hipotético planeta, que debería incluir la identificación plena de su sistema planetario basado en su estrella central, y los datos orbitales (distancias, es decir perihelio y afelio, ángulo del plano orbital, geometría y período rotacional).Si se toman las referencias aportadas por Rabolú en su libro Hercólubus o planeta rojo (1998) tendríamos los siguientes datos:[11] Según la ley de la gravitación universal clásica: «La fuerza de atracción gravitatoria entre dos cuerpos celestes es igual a la constante de gravitación universal por el producto de la masa de los dos cuerpos en cuestión dividido por la distancia que los separa elevada al cuadrado».Sabiendo que la masa del Sol (mS) es 1,9891 × 1030 kg y la masa de la Tierra (mT) es 5,9736 × 1024 kg, aproximadamente, sustituimos todos los datos anteriores en la fórmula obteniendo los siguientes valores:[14]Esa distancia en metros equivale a 11,35 millones de kilómetros, que es apenas 0,08 UA.Si a esa mínima distancia (0,08 UA) no produciría ningún estrago, entonces mucho menos lo produciría a 4,00 UA.Muchos seguidores de las doctrinas del gnosticismo colombiano sostienen que Hercólubus es el conocido planeta extrasolar WASP-5b que orbita la estrella WASP-5 (en la constelación del Fénix)[cita requerida].En algunos sitios web se declara que Hercólubus es la estrella de Barnard.A pesar de que se está acercando al sistema solar, la Estrella de Barnard estará en su punto más cercano al Sol dentro de unos 11 700 años, cuando se encontrará a 3,8 años luz.En la actualidad, y desde hace al menos 32 000 años, la estrella más cercana al Sol es Próxima Centauri, a 4,22 años luz.