Henarejos

A mediados del siglo XIX, el lugar contaba con una población censada de 481 habitantes.

Por tanto, dado que en la localidad han habitado y construido las dos civilizaciones, dicha explicación es la más cimentada.

En otra tonalidad, más granate que roja, aparece un cuadrúpedo inclasificable y algunas figuras extremadamente deterioradas.

Desde ella los gobernantes del pueblo vigilaban las rutas de acceso a la población, previniendo cualquier ataque generado por la codicia hacia sus bienes mineros.

A nuestros días llegó un solo muro en pie, el de la fachada este, que ayudaría después a reconstruir la actual torre, que, aunque no sigue el plano original, totalmente desconocido, sí permite que se pueda subir hasta su terraza rematada con merletes, desde la cual se observan todos los tejados del pueblo y sus tierras circundantes.

En la fachada oeste de dicho campanario se encuentra un característico reloj, bajo el cual toman las uvas los henarejeros en nuevo año.

En el crucero, una escalinata asciende hasta el altar principal, y único en la actualidad, pues el resto fueron destruidos durante la Guerra Civil.

Dividido en tres barrios, e incluyendo bar, frontón, lavadero, colegio y cuartel, se emplazó en el Valle de Las Minas lo que hoy en día es un pueblo fantasma.

Aún a comienzos de los años 1990 hubo habitantes en la zona, cuya rehabilitación se está barajando últimamente.

Mientras que en la planta baja se realizaba el oficio en honor al santo titular, en la superior vivían los ermitaños.

Otros restos medievales se reparten por todo el territorio de la población, pero sin estudios ni documentaciones profundas.

Vista de San Juan de la Keimena desde Santa Ana
Parte de la cabalgata de disfraces del año 2008 en la plaza de toros
Vista de una calle de la localidad durante uno de los encierros
Pinturas rupestres del Abrigo del Tío Modesto