Su padre falleció cuando él tenía cinco años, por lo que trabajó y aprendió a cocinar desde pequeño.
[4] En 1929 abrió una pequeña estación de servicio en Corbin (Kentucky), en la que cocinaba platos como pollo, jamón campestre y filetes.
Actualmente, ese local se llama Harland Sanders Café and Museum y es un museo sobre la historia de KFC.
Su fama se disparó en 1939 gracias al crítico gastronómico Duncan Hines, que lo incluyó en su guía de restaurantes.
[5] En todo ese tiempo, la demanda del pollo creció y Sanders aprovechó su éxito para abrir un motel, el primero en Kentucky.
[5] En ese tiempo, la empresa había alcanzado las 600 franquicias en todo Estados Unidos y unos beneficios anuales de 300 000 dólares brutos.