Hambre de realidad

En Vanity Fair, la periodista Elissa Schappell habló del libro como "un llamamiento al rearme ideológico para que todos los artistas rechacen las leyes que rigen la apropiación, borren los límites entre ficción y no ficción y den lugar a una estética moderna para un nuevo siglo".

Según su argumento, los géneros tradicionales, como la ficción realista, no reflejan adecuadamente la realidad vivida porque han permanecido en gran medida sin cambios desde su desarrollo temprano, y por lo tanto están obsesionados con los acontecimientos actuales porque la sociedad rara vez experimenta alguno.

En lugar de evitar la apropiación mayoritaria, Shields la alienta, afirmando que "el arte basado en la realidad secuestra su material y no se disculpa".

"Todo lo procesado por la memoria es ficción", escribe Shields, indicando que cualquier cosa escrita por un escritor que supuestamente hace memorias ya ha sido necesariamente ficcionalizada; por lo tanto, determinar si ciertos eventos en el libro realmente sucedieron o no, no es la manera correcta de determinar el valor del libro.

[6]​ Shields también subraya la importancia de trabajar y crear sobre nuevas formas artísticas, enfatizando en particular que los límites del género (a lo que se refiere como una "prisión de seguridad mínima") deben ser constantemente superados y rotos.

[El libro de Shields] probablemente anuncia lo que serán los modos dominantes en los años y décadas venideros".