Haerent Animo

«Pesan en el ánimo, y nos llenan de saludable temor, las palabras del Apóstol a los Hebreos (13,17) que, inculcándoles el deber de obediencia hacia los superiores, afirmaba con toda su autoridad: "Ellos vigilan como responsables que deberán rendir cuenta de vuestras almas"» Así empieza esta exhortación, que es una fuerte llamada a los sacerdotes para que su primera preocupación sea su propia santidad.

Esta exhortación ha tenido una gran influencia en los sacerdotes, al menos hasta los años del Concilio Vaticano II, pues los educadores de los seminarios han recurrido habitualmente a él para la formación de los nuevos sacerdotes.

En el original latino los párrafos no aparecen numerados, ni quedan agrupados bajo distintos epígrafes.

Recuerda el Papa las palabras de San Juan Crisóstomo ¿No debiera tener esplendor más brillante que el del sol la mano que parte esta carne?

82, n. 5.|col2=} Y cómo instaba San Carlos Borromeo al clero: La Iglesia muestra una preocupación continua por la santidad de los sacerdotes; en el seminario los jóvenes aprenden las ciencias y las letras, pero de modo especial se forman en todo lo que se refiere a la santidad.

El Concilio de Trento, siguiendo a los Santos Padres y Santos Doctores advirtió a los clérigos que huyesen "hasta de las faltas leves, que en ellos serían muy graves".

Las asociaciones sacerdotales son también de interés, pues crean vínculos fraternales más estrechos, bien se organicen para prestarse mutua ayuda en la necesidades, o para perfeccionar los conocimientos de las ciencias sagradas.

Nada impide hoy resucitar esta experiencia adaptándola a los diferentes lugares y ocupaciones".