HMS Conqueror (1881)

Se colocaron muy cerca de la cubierta, y se encontró que una descarga por la proa causaba importantes daños en la cubierta y equipos situados sobre ella tanto por el fogonazo, como por la onda expansiva.

Los cañones menores estaban destinados a ser utilizados contra objetivos pequeños que podrían evadir el espolón y contra los que no valía la pena utilizar la artillería pesada.

Seis tubos lanzatorpedos -el mayor número instalados hasta la fecha en un buque de guerra- fueron colocados en popa y estaban destinados a ser utilizados contra un buque que se situara a su popa, evitando el armamento principal del Conqueror.

Participó en maniobras al menos en ocho ocasiones, siempre visible desde la costa.

Aparte de eso, permaneció amarrado en Rothesay hasta su venta para desguace en 1907.

Castillo de proa del HMS Conqueror y sus cañones de 305 mm (12")