Con el comienzo de la guerra el destructor fue devuelto al servicio activo.
Aprovechando la reparación se modernizó el armamento de defensa antisubmarina y antiaérea.
En meses siguientes el HMS Boreas fue utilizado para la protección de convoyes en el Atlántico sur.
Fue cedido a Grecia en 1944, que lo recibió en abril y lo renombró como Salamis, permaneciendo el resto de la guerra en el Mediterráneo.
Finalizada la contienda, sirvió como buque escuela en la armada Helena, hasta que fue devuelto a la Royal Navy en 1951.