Preparar un hāngi implica cavar un pozo en el suelo, calentar rocas volcánicas en él con ayuda de un buen fuego, poner cestas de comida sobre las piedras, y cubrir todo con tierra durante varias horas antes de abrir o levantar el hāngi.
Los expertos en hāngi han desarrollado y mejorado métodos que a menudo, al igual que las propias piedras, se pasan de una generación a otro.
Antes de la colonización e introducción del metal, la comida se disponía en palos limpios, cortezas, hojas grandes y otros vegetales para minimizar el contacto directo con las rocas calientes y evitar en lo posible que se quemaran.
También se usaban cuencos tallados y rocas planas con este fin.
Se usaban hojas, ramas y vegetación usadas para cubrir la comida y evitar que se aplastara con el peso de la tierra de encima.