Asimismo, los cartujos de la misma época quienes llevan el escapulario muy amplio y trabado lateralmente.
Los clérigos seculares no tenían los mismos motivos para hacerse tan despreciables a los ojos del pueblo entre quien tenían que vivir; así pues, continuaron vistiéndose modestamente sin afectar en su traje un excesivo esmero ni tampoco negligencia.
En efecto, hasta este tiempo no se verificaron todos los diferentes concilios que hicieron cánones relativamente al hábito de los clérigos.
La sotana es también la que el Concilio de Trento manda usar a los eclesiásticos bajo ciertas penas.
Yendo de viaje se permitía a los clérigos llevar hábitos más cortos, vestes breviores.
Advierte Luis Tomasino que aunque antes del Concilio de Trento no había ninguna ley que prescribiese el color negro, ya el uso lo había establecido hacía mucho tiempo.