En 1654 fue llamado a París donde empezó y continuó con gran aplauso las conferencias de teología positiva.
Su reputación le mereció que el Papa Inocencio XI quisiera llevarle a su lado a Roma para servirse de él, pero Luis XIV se opuso manifestando que no debía salir de su reino.
A sus grandes conocimientos, este sabio reunía la mayor modestia y un completo desprecio a las vanidades mundanas; siendo además tan caritativo que daba a los pobres la mitad de la pensión de mil libras que le daba el clero.
Se imprimió en tres volúmenes en folio en los años 1678, 1679 y 1781 respectivamente cada tomo.
Diccionario de Derecho Canónico: traducido del que ha escrito en francés el Abate Andrés.