Gustavo A. Madero

Gustavo se dedicó a los negocios industriales y agrícolas, no solamente en su estado natal, sino también en Jalisco, principalmente una fábrica textil en Lagos de Moreno y en otras entidades de la República Mexicana.

Un mes después, el 14 de febrero, Francisco Ignacio Madero cruzó la frontera.

[3]​ Gustavo era una persona que no confiaba en Huerta y era él quien le advertía a su hermano Francisco sobre sus planes, haciendo este caso omiso.

Esa misma tarde, Huerta firmaba en el Palacio Nacional, como "General en Jefe a cargo del Poder Ejecutivo".

Huerta se negó a ello, pues aunque se había declarado presidente, todavía no tenía las renuncias de Madero y Pino Suárez, por lo que no quería arriesgarse a que estos se salieran de sus manos; pero para complacer a Mondragón, ordenó que fueran entregados Gustavo A. Madero y el intendente de palacio, Don Adolfo Bassó Bertoliat, a quien también había hecho prisionero.

Ciego don Gustavo, lanzó un doloroso grito de terror y desesperación.

Se encogió, con violencia de resorte, y luego, quedó mudo [...]».

Narra el historiador Oscar Grajales López que entre las ropas de Gustavo Madero encontraron una carta en la que su esposa le pedía regresar a casa y olvidarse de la vida política.

También le fue robado un fistol que la familia recuperó en una casa de empeño.

Gustavo Madero en 1912
Placa que conmemora el asesinato de Gustavo A. Madero a manos de los golpistas de Victoriano Huerta al exterior de la hoy Biblioteca de México José Vasconcelos .