Estos enfrentamientos tuvieron una extensión temporal muy desigual en la duración, con diversas treguas, pactos, asedios y batallas.Las relaciones entre Celtiberia y la Oretania, en el valle alto del Betis, eran intensas, en Cástulo en un cementerio del siglo IV a. C., las armas y broches típicos de la Celtiberia son abundantes.[6] Sobre la base de esto los estudiosos modernos estiman que en la región había entre 18 000 y 50 000 iuventus en capacidad de portar armas, cifras confirmadas por el tamaño que alcanzaban a tener los mayores ejércitos celtiberos, entre 15 000 y 35 000 combatientes.Por estos pactos, los oppida celtíberos deberían pagar un tributo anual y prestar servicio militar en las legiones romanas, a cambio podrían mantener la autonomía y se prohibía amurallar nuevas ciudades.Los segedenses arguyeron que la muralla era una ampliación y no una nueva construcción y que se le había exonerado del pago del tributo después de Graco.[20] Después llegó ante Numancia, donde se le unieron tropas enviadas por Massinisa, que incluían diez elefantes de guerra, pero sufrió otra dura derrota al desbandarse dichos animales.Tras varias derrotas y de pasarse Ocilis, donde mantenía las provisiones y el dinero, al bando de los celtíberos, a Nobilior no le quedó otro remedio que recluirse en su campamento a pasar el invierno, donde murieron muchos soldados de frío y en escaramuzas con los indígenas.Marcelo les puso la condición de que todos los pueblos, arévacos, belos y titos, la pidieran a la vez, cosa que consiguió, pero algunos pueblos se opusieron porque habían soportado sus razias durante la guerra.[22][23] El Senado desestimó la oferta de paz y preparó un nuevo ejército al mando del cónsul Licinio Lúculo, quien tenía como lugarteniente a Publio Cornelio Escipión Emiliano.La obcecación del Senado, que exigía la rendición sin condiciones, así como la perfidia de los dirigentes provinciales romanos, que violaban continuamente las condiciones del pacto alcanzado con el cónsul Claudio Marcelo en el 152 a. C. y las victorias de Viriato en la Guerra Lusitana forzaron a la revuelta a las tribus de los celtíberos, dando comienzo a la tercera guerra celtíbera[25] (143-133 a. C.).Cercó a Numancia, pero no pudo ocuparla, y ante los ataques de los numantinos pasó el invierno en su campamento.Popilio envió embajadores a Roma para que se querellaran allí con Pompeyo.Los numantinos exigieron un tratado con paridad de derechos, (foedus aequum), negociado por Tiberio, y aunque se reconocían las conquistas anteriores de Roma, el Senado lo consideró el tratado más vergonzoso firmado nunca[31] y enviaron a Marco Emilio Lépido Porcina, cónsul de Hispania Ulterior, llamando a Mancino a juicio a Roma, al que siguieron los embajadores de Numancia.Aunque el pacto fue desestimado, Roma mantuvo un armisticio real durante tres años.La leva continua de campesinos itálicos, base del ejército romano republicano, para las distintas campañas incrementó las tensiones sociales que tuvieron su apogeo poco después, en la época de los Gracos.
Mapa de la conquista romana de Hispania, indicando las tres grandes fases:
Conquista hasta el -210
Hasta Octavio Augusto
Campaña de Agrippa