El nuevo sah había conseguido asentar su autoridad sobre la zona occidental de Persia, en una zona en disputa contra el imperio otomano, así como vasallizar a los reinos georgianos de Kajetia y Kartli.
En el otro extremo del imperio, en la zona oriental, los descendientes de los grandes kanes turcomongolicos buscaban fundar imperios esteparios aprovechando la debilidad de la dinastía timúrida y todo el Turan.
En 1502, el ya asentado Jan de Bujará, Muhammad Shaybani, decide lanzar a sus shaybánidas al sur del río Panir a la conquista del fértil Gran Jorasán, aunque sin acercarse a los dominios controlados desde la potente Herat, bajo la autoridad de Badi az-Zaman, mirza timúrida de la ciudad.
En 1507, Shaybani Jan dirige a sus shaybanidas más al sur y consigue conquistar Herat, que no recibe refuerzos de las pocas fuerzas timúridas que ya quedan en toda la región Media.
Si bien la derrota uzbeka en Merv fue contundente, ésto sólo supuso el fin a las agresiones expansionistas de Shaybani Jan y la delimitación algo más formal de la autoridad safávida en el Gran Jorasán como frontera persa; pero no acabó con el Kanato de Bujará, que nombró a Ubaidallah Jan como nuevo líder.