Guerra del Ferrocarril del Erie

Cornelius Vanderbilt, que se había propuesto construir un imperio ferroviario, vio múltiples oportunidades comerciales y financieras en los ferrocarriles, y en 1866 decidió acaparar el mercado de acciones del Erie, comprando silenciosamente títulos de la compañía.

[3]​ Entre 1866 y 1868, Daniel Drew conspiró con James Fisk y Jay Gould, a quienes trajo a la junta, para emitir acciones espurias del Erie Railroad, "diluyendo" el valor de las acciones, de las que el desprevenido Cornelius Vanderbilt compró una gran cantidad.

Como resultado, Vanderbilt cedió el control del ferrocarril al trío formado por Drew, Fisk y Gould.

Tweed (que posteriormente murió en prisión por malversación de fondos y fraude), a cambio aprobó en Albany una legislación estatal favorable para sus tres socios, legalizando las acciones recién emitidas.

Gustavus Myers, un historiador estadounidense y muckraker, escribió en su estudio sobre las fortunas ferroviarias en los Estados Unidos: Pero en 1870, Fisk y Gould traicionaron a Drew, manipulando nuevamente el precio de las acciones del Ferrocarril del Erie, haciéndole perder 1,5 millones de dólares.

Viñeta satírica sobre la competencia entre los ferrocarriles de Nueva York