Hacia finales del siglo III a. C., las dos ciudades decidieron unir sus fuerzas para asegurarse el control de Creta.
Cnosos aprovechó una disputa entre la población de Gortina para conseguir esta alianza.
Al final, fueron estos últimos los que se impusieron.
[1] Otras ciudades se opusieron a la política de Cnosos, entre ellas Lappa, Polirrinia y Licto.
Filipo envió 500 hombres, a los que se unieron 200 soldados de la aqueos del Peloponeso.