La guerra de Corinto o guerra Corintia fue un conflicto en la Antigua Grecia que transcurrió entre los años 395 a. C. y 387/6, en el que se encontraban involucrados, en un bando, Esparta y, en el otro, una coalición de cuatro grandes estados (Tebas, Atenas, Corinto y Argos) que se conoció como el sinedrion (συνέδριον: consejo) de Corinto (en realidad las alianzas entre ellos tenían un carácter bilateral).
La causa inmediata de la guerra fue un conflicto local entre focidios y locros en Grecia central, alentado por la facción tebana hostil a Esparta.
Aprovechando este hecho, Atenas lanzó varias campañas navales en los años posteriores de la guerra, reconquistando un número de islas que habían sido la parte del antiguo Imperio ateniense durante el siglo V a. C. Alarmados por estos éxitos atenienses, los persas dejaron de apoyar a los aliados y comenzaron a apoyar a Esparta.
[4] Tebas y Corinto también rechazaron participar en la expedición espartana contra Jonia en el año 398 a. C., llegando los tebanos incluso a interrumpir un sacrificio que el rey espartano Agesilao II intentó llevar a cabo en su territorio antes de partir.
[7] Los tebanos, que ya habían demostrado su antipatía contra Esparta, se encargaron de comenzar la guerra.
Los tebanos, que no deseaban en un primer momento desafiar a Esparta de forma directa, prefirieron una vía indirecta para comenzar la guerra.
[8] Esparta ordenó la movilización general, mientras que una embajada tebana fue enviada a Atenas en busca de apoyo.
Pausanias llegó un día tarde, acordó un alto el fuego y recuperó los cuerpos de los caídos espartanos, con los que volvió a Esparta.
[11] Tras estos acontecimientos, tanto los espartanos como sus oponentes se prepararon para los enfrentamientos más serios que vendrían.
Las órdenes fueron mal acogidas por Agesilao, que buscaba una gran campaña asiática, pero se dio la vuelta y se dirigió a casa con sus tropas, cruzando el Helesponto y marchando al oeste a través de Tracia.
Las fuerzas se encontraron en el cauce seco del río Nemea, en territorio corintio, en donde los espartanos obtuvieron una victoria decisiva.
[15] Los persas, por su parte, ya habían logrado reunir las flotas fenicia, cilicia y chipriota bajo el mando del experimentado general ateniense Conón, que había conseguido apoderarse de Rodas en el año 396 a. C. y convertirla en base naval.
Las dos flotas se encontraron en Cnido en agosto del año 394 a. C. Los espartanos lucharon bien, sobre todo aquellas naves cercanas a la de Pisandro, pero finalmente fueron superados.
Hubo un gran número de naves hundidas o capturadas y la flota espartana fue esencialmente barrida.
Viendo que el resto de las fuerzas caían, los tebanos formaron para atravesar hasta el campamento.
Agesilao se enfrentó a ellos y en la lucha murieron muchos tebanos, antes de que lograsen abrir una brecha para reunirse con los aliados.
Los eventos del año 394 a. C. situaron a Esparta con ventaja en la guerra terrestre, pero muy débiles en el mar.
Los demócratas, apoyados por los argivos, lanzaron un ataque contra sus oponentes y les expulsaron de la ciudad.
Sin embargo, la propuesta fue rechazada por los aliados, debido a que Atenas tenía intención de mantener las conquistas que había hecho en el Egeo, Tebas deseaba mantener su control sobre la Liga Beocia y Argos ya tenía intención por entonces de unir a Corinto en su estado.
[19] Se mantuvo una segunda conferencia de paz en Esparta ese mismo año, pero la propuesta espartana volvió a ser rechazada.
Agesilao luchó con éxito en territorio argivo en el 391 a. C.,[28] e hizo dos expediciones más antes del final de la guerra.
Tras unas dificultades iniciales para lograr un enfrentamiento con los acarnanios, que preferían retirarse a las montañas, y evitaban el encuentro directo, Agesilao finalmente logró llevarles a una batalla campal, en la que los acarnianos fueron derrotados y perdieron muchos hombres.
[33] Alarmados por este resurgimiento espartano como fuerza naval, los atenienses mandaron una flota de 40 trirremes dirigidas por Trasíbulo.
Éste, juzgando que podría conseguir más luchando en otros lugares en lugar de enfrentándose directamente a la flota espartana, navegó hacia el Helesponto.
En el 388 a. C., mientras dirigía su flota al sur a través del Egeo, sus soldados asolaron los campos de Aspendos.
Los espartanos pronto lograron expulsar a la flota ateniense, pero Atenas continuó acosando la ciudad de Egina por tierra.
La flota espartana navegó hacia el este, hasta Rodas, dirigida por Antálcidas, pero fue finalmente bloqueada en Abidos por los comandantes atenienses de la región.
[37] Los espartanos enviaron a Teleutias a Egina para dirigir la flota que se encontraba allí y, viendo que los atenienses habían bajado la guardia tras la victoria de Cabrias, lanzó un ataque por todo el Pireo capturando muchos navíos mercantes.
Los atenienses, con el recuerdo de una derrota similar todavía fresco (la guerra del Peloponeso había acabado sólo dos décadas antes), estaban dispuestos a firmar la paz.
Con Agesilao a la cabeza del estado, abogando por una política agresiva, los espartanos lucharon desde el Peloponeso hasta la distante península Calcídica.