Durante la época colonial se le conocía como «Casa Guastatoya», por contar con una especie de parador donde hacían alto los viajeros que recorrían la ruta del Golfo hacia la costa del Mar Caribe o quienes iban en peregrinación a Esquipulas.El área fue habitada desde la última fase del Preclásico, como lo prueban los restos arqueológicos encontrados en la zona del Motagua donde sus antiguos habitantes construyeron bóvedas, juegos de pelota, edificios con varias cámaras y labraron estelas sencillas.[cita requerida] Durante el período hispánico, perteneció al corregimiento de Chiquimula.[5] Guastatoya fue parte del nuevo departamento, junto con Jalapa, Sansare, Ingenio de Ayarce, Monjas, Chaparrón, Agua Blanca, Jilotepeque, Pinula, Santo Domingo, Achiote, Jutiapilla, y Achiotes del Cerro de Jumay.Hasta el gobierno del coronel Jacobo Arbenz Guzmán (1951-1954), el principal medio de transporte en Guatemala era el ferrocarril interoceánico, el cual era administrado por la International Railways of Central America (IRCA), subsidiaria de la United Fruit Company.El Progreso es un departamento rico en tradiciones que se reflejan en la literatura folclórica como cuentos, leyendas e historias sobrenaturales.En este territorio florecen dos tipos de narradores orales: Los llamados ancianos contadores que por su prodigiosa memoria se constituyen en archivos vivientes de literatura oral; existen quienes también manejan todo el universo literario tradicional.Por la gran influencia española que tuvo este departamento desde la conquista, las abundantes cofradías que ejercían en esa época fueron sucumbiendo a finales del siglo XVIII, llegando en el siglo XIX a su más mínima expresión.El municipio con la mayor economía del departamento es Sanarate, seguido por Guastatoya y por San Agustín Acasaguastlán.