Grigori Kózintsev
Pronto participó en espectáculos teatrales de “agitación y propaganda”, donde conoció a Serguéi Yutkévich.El Hamlet de Kózintsev es una obra especialmente destacada en su filmografía madura.Ya en 1923 concibió un Hamlet como una pantomima, y escribió además un libro sobre Shakespeare.A la música de Dmitri Shostakóvich se sumó la versión del texto inglés, realizada por Borís Pasternak.[6] El tránsito sin fin de los personajes hacía que las puertas tuviesen un papel decisivo.Pues, por contraste manifiesto, la acción se abría de cuando en cuando al mundo exterior, a la naturaleza, y concretamente aparecía a menudo la costa danesa como lugar abierto, e incluso el filme se iniciaba y cerraba con un mar agitado (que es surcado por Hamlet en su exilio obligado).[7] La aparición del fantasma paterno era tenebrosa y estaba fundida con un paisaje negro, como su vestimenta.Hamlet, en los soliloquios no habla (ni siquiera en el que inicia con "To be or not to be"): solo se oye su recitado interior ante un primer plano de su cara muda y torturada pero casi sin gestos.El grandioso castillo que sirvió de decoración fue diseñado por Evgueni Enéi; se construyó según las necesidades del rodaje en la costa rocosa del Báltico, a 28 km de Tallin, en Estonia.[8] El polaco Jan Kott ya había escrito antes, en 1954, sobre una célebre representación en Cracovia que Hamlet estaba loco "por cuanto la política, al eliminar todos los sentimientos no es más que una gran locura".