Gregório Lopes (c. 1490-1550) fue un pintor portugués que está considerado uno de los más importantes del Renacimiento en este país.
Estudió pintura en el taller de Jorge Afonso, pintor del rey Manuel I de Portugal, cargo que también él llegó a ocupar posteriormente, como pintor de su sucesor Juan III de Portugal.
Su obra está compuesta principalmente por retablos pintados para iglesias y monasterios del centro de Portugal.
Entre 1520 y 1525 trabajó en colaboración con Jorge Leal en los retablos del Convento de San Francisco de Lisboa.
Su hijo Cristóbal Lopes (1516-1594), también pintor, hizo retratos de la familia real portuguesa.