Gregorio Bicskei

Cuando esta decisión fue tomada, varios canónigos de Estrigonia apelaron a la Santa Sede de Roma, exigiendo que ese nombramiento fuese revocado,[1]​ a lo cual el papa Bonifacio VIII respondió que Gregorio sería ordenado «velador en materia espiritual y laica».La Santa Sede estaba dispuesta a que los Anjou de Nápoles, sus vasallos, alcanzasen el trono húngaro, por lo cual Bonifacio VIII apoyó a Carlos Roberto frente a Andrés III, y sin perder tiempo, el arzobispo Jorge Bicskei se convirtió en adepto del joven príncipe reclamante del trono, asegurándose así la permanencia en la silla arzobispal.Bicskei planteó como un grave problema el hecho de que falleciese la segunda esposa del rey Andrés III, y que el monarca aún no tuviese herederos varones, lo cual favoreció las pretensiones de Carlos Roberto.Solamente tras la muerte de Andrés III en 1301 Gregorio pudo regresar a Estrigonia.En mayo del 1303, el Papa emitió una bula en la que le prohibió al hijo del rey checo que utilizasen el título de rey de Hungría, pues no se podía ascender al trono por elección, sino por herencia, declarando que Carlos Roberto era el heredero legítimo.