El moderno kilogramo tiene su origen en los días previos a la Revolución en Francia.
[3][4] Inicialmente se utilizó un valor provisional, basado en el antiguo meridiano calculado por Lacaille (1740).
[6] Dos nombres suplementarios de unidades, el gravet (0,001 graves), y el bar (1000 graves), se añadieron para cubrir el mismo rango que las antiguas unidades, lo que se traducía en la siguiente serie decimal de unidades: miligravet, centigravet, decigravet, gravet, centigrave, decigrave, grave, centibar, decibar, bar.
Se añadieron cuatro nuevos prefijos para cubrir la misma gama de unidades que en 1793 (miligramo, centigramo, decigramo, gramo, decagramo, hectogramo, kilogramo, y miriagramo).
[10][11] El prototipo en bronce del grave fue renombrado como kilogramo provisional.