Granada de 22 mm

Usualmente hay una serie de anillos fresados alrededor del perímetro del tubo, que funcionan como tabiques para detener cualquier fuga de gas con alta presión creado al disparar hasta que la granada abandone su lanzador, y a veces una arandela metálica para crear un sello final y fijar la granada en su lugar hasta que la presión se haya elevado lo suficiente para lanzarla.

Para lanzar la granada, primero se debe cargar el fusil con un cartucho de fogueo especial.

El fusil es alineado con el blanco, su culata se apoya contra el suelo (véase la fotografía de arriba) y es sujetado en el ángulo adecuado para asegurar la trayectoria balística correcta, una habilidad que debe aprenderse en el entrenamiento.

Esto puede hacerse a simple vista, como en la fotografía, pero algunas carabinas y fusiles, como la M59/66 y el Zastava M70 yugoslavos, tienen alzas "de escalera" plegables que permiten apuntar con precisión los lanzamientos, al ofrecer una serie graduada de "peldaños" que corresponden a diversos alcances.

Es difícil y no es seguro lanzar una granada de fusil directamente al blanco, por lo que siempre debe lanzarse en un arco balístico; cuanto más próximo se encuentre el blanco, más alto debe ser el ángulo en el cual se sujeta el fusil, como si fuese un mortero.

Lanzagranadas M7 con granada de 22 mm, instalado en la boca del cañón de un M1 Garand .
Acercamiento de la bocacha lanzagranadas de 22 mm de una M59/66 (SKS) yugoslava.
El alza lanzagranadas desplegada de un Zastava M70.
Soldados estadounidenses usando granadas de fusil GREM .