También poseía un bar que ocupaba tres pisos, un bowling y billares en el subsuelo.
El teatro Gran Rex quedó inmortalizado en la canción de Joaquín Sabina "Dieguitos y Mafaldas".
La estructura del edificio fue realizada en hormigón armado, y el techo de la sala en cabriadas metálicas.
Posee una sala asimétrica, producto de haber sido construido en un terreno irregular, por lo que está dispuesta en forma oblicua a la línea del frente.
Esta sala es una gran cáscara dividida en fajas encimadas, inspirada en el Radio City de Nueva York.