Estos escritores se referían a un reino situado en la selva baja amazónica, probablemente cerca de la actual frontera entre Bolivia y Brasil.[2] La leyenda del Paititi se basa principalmente en las supuestas campañas y expediciones que habría realizado el imperio hacia el territorio de los Musus (Moxos o Mojos para los españoles), ubicados al Oriente más allá de los Andes, a doscientas leguas del Cuzco.Los musus por su parte, admirados por las leyes y costumbres incaicas, habrían prometido adoptarlas y adecuarse a ellas, adorando al Sol como Dios Supremo, aunque no se reconocerían como vasallos del Inca, puesto que no habían sido sometidos por las armas.[9] En 1519 los españoles fundan la Ciudad de Panamá[10] sobre las costas del Pacífico, desde donde inician las primeras incursiones por mar hacia Sudamérica.En términos generales, desde la primera versión originada en Quito (Ecuador), dicha leyenda sufrió un proceso evolutivo de tres fases.Aunque los muiscas eran ricos en oro y esmeraldas, Quesada no encontró la magnitud de las riquezas que Pizarro obtuvo en Cajamarca.Finalmente Orellana volvió a la aldea y se embarcó para continuar con su gente río abajo.[19] Sin embargo, en su intento por llegar a dicha ciudad, los europeos fueron atacados por los Omeguas, resultando herido el propio Felipe de Utre.La expedición concluyó allí, aunque Utre y su gente consideraron que habían llegado hasta las puertas de El Dorado.El plan de Aguirre se basaba en atravesar la selva lo antes posible bajando por el río Orinoco, pasando luego a la isla Margarita y desde allí emprender la toma de Panamá, punto clave para la posterior invasión del Perú.Debido al origen amazónico de esta insurrección, los hombres que participaron en ella pasaron a ser conocidos como "los marañones".Así Gonzalo Jiménez partió hacia los llanos Orientales, finalizando dicha exploración en 1573 sin obtener ningún resultado.La versión de Berrio alcanzará renombre internacional gracias a las expediciones del corsario británico Walter Raleigh.[25] Finalmente, en el año 1800, una expedición realizada por Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland, determinó que la famosa laguna mencionada por Berrio, donde supuestamente se ubicaba la ciudad de El Dorado, no existía, tratándose simplemente del valle de inundación del río Branco.[6] Finalmente la expedición terminó en un nuevo fracaso con numerosas víctimas fatales: murieron 4.000 indios, 220 caballos y 153 de los 300 españoles que componían la avanzada.[29] Un año después, ya convertido en caudillo de Asunción, Domingo Martínez de Irala, organizó una importante expedición que atravesó todo el Chaco hacia la región donde se creía que estaba la legendaria Sierra de la Plata, sin embargo, al llegar al altiplano boliviano los asunceños descubrieron que la zona y sus posibles riquezas ya se encontraban bajo jurisdicción del Perú.Nieto avanzó por el paso de Camata y regresó tres meses después sin novedad alguna.Un año después, Diego Alemán, avanzó nuevamente por Cochabamba hacia la región de los Mojos, pero la expedición resultó aniquilada por los indios.Sin embargo al pasar la cordillera de los Andes, a la altura del río Madre de Dios, Maldonado se concientizó que no podía avanzar con tan poca gente por lo que decidió volver al Cuzco para reclutar más hombres.Según Garcilaso de la Vega, Maldonado, un fraile y un herrero habían sido capturados por los indios, aunque Maldonado habría sido liberado inmediatamente, los otros dos hombres habrían permanecido en cautiverio durante dos años, tras lo cual pudieron retornar al Perú y contar sus experiencias.[6] Si bien esta expedición no obtuvo resultados concretos, Maldonado habría recogido noticias de que el río Manu (Madre de Dios) desaguaba en una laguna llamada Paitite (Paititi), donde también llegaba, por mano izquierda, otro importante río llamado Paucarmayo.[7] Maldonado transcribió estas noticias en una relación destinada al virrey Toledo con el objetivo de que este le otorgara una nueva autorización.Sin embargo, a Toledo no le convenció el relato de Maldonado ni consideraba que este tuviese las cualidades necesarias para conquistar aquel territorio, denegándole definitivamente una nueva autorización.Según dichos indios, estas herramientas las habían conseguido porque dos o tres veces al año iban a tratar con los habitantes del Paititi.La tierra era muy fértil, con maíz, legumbres y ganados silvestres, aunque no había tantos puercos como en las montañas.Esta ruta insumiría, según él, menores gastos y la mitad del tiempo de viaje que solía utilizarse para trasladar la plata del Potosí por la ruta que solía atravesar las ciudades de Arica, Lima, Panamá y Portobelo.[8] En 1595 el padre Zapata volvió hacia la región de los cayubabas, hasta un pueblo muy grande, con calles y plazas, donde todos los pobladores se hallaban "junto a la puerta de un templo dedicado al demonio" al cual estaban ofreciendo sacrificios."[8] Los cayubabas dieron al padre Zapata la noticia de que existían muchas poblaciones cercanas las cuales no pudo ver porque "iba en canoa y ya todo lo demás es muy alto en lomerías".[36] En 2001, el arqueólogo italiano Mario Polia descubrió en los archivos de los Jesuitas en Roma un informe del misionero Andrea López.Aunque este libro no ha obtenido el reconocimiento universal se han desarrollado nuevas hipótesis sobre la ubicación del Paititi.