[7][8] Fue el IV Señor de la villa de Orgaz, señorío creado en 1220 por Fernando III el Santo que otorgó el título a su bisabuelo Ferrán Yuanes beni Abd el Malik (conocido también como Alfadilla).
A sus expensas, en Toledo, se reedificaron varias iglesias, como San Justo y Pastor, San Bartolomé y Santo Tomé, lugar que sería su enterramiento.
A su entierro acudió mucha gente del pueblo llano, el clero, caballeros y nobles.
Fue enterrado con gran solemnidad en la iglesia de santo Tomé, por voluntad propia expresada en su testamento.
Después de asistir a los oficios propios del funeral, al tomar su cuerpo para depositarlo en la sepultura que estaba preparada "se produjo el milagro" que la tradición oral toledana y la historiografía han perpetuado durante los siglos siguientes.
Tal fue el milagro cuya narración se fue trasmitiendo a través de los siglos.
El Greco retrató a Andrés Núñez en la figura del cura que reza el responso.
[14] Desde su muerte hubo una tendencia espontánea a venerar su sepulcro como si se tratase de un santo consagrado.