Golpe de Estado en Siria de 1966

El golpe se desencadenó por la disputa por el poder entre la vieja guardia del partido, representada por Michel Aflaq, Salah Bitar, y Munif al-Razzaz, y las fracciones más jóvenes que sostenían una posición neobaazista.

Dos días más tarde, el comité militar, que respaldaba a las fracciones más jóvenes, realizó un golpe durante el que se libraron combates en Alepo, Damasco, Deir ez-Zor, y Latakia.

El golpe determinó la ruptura entre las agrupaciones regionales siria e iraquí del Partido Baaz y también entre sus direcciones nacionales, lo que suscitó a su vez que muchos de los baasistas veteranos de Siria pasasen a Irak.

[3]​ La mayoría de los musulmanes suníes eran nacionalistas árabes, pero no baasistas, por lo que quedaron descontentos.

[3]​ El partido estaba dominado principalmente por las minorías: alauitas, drusos e islailíes, y gentes del campo en general; esto creó un conflicto urbano-rural que se basaba fundamentalmente en diferencias culturales.

[5]​ Estos cambios y otros transformaron el Partido Baaz en una formación leninista.

[6]​ Aun así, estos cambios de política no obtuvieron el favor suficiente entre la población, que siguió oponiéndose mayoritariamente al gobierno baasista.

[6]​ Las clases altas continuaron retirando sus inversiones y sacando su capital del país clandestinamente: el único remedio aparente a esta tendencia parecía la reanudación de las nacionalizaciones.

[8]​ Pero tuvo que rescindir la orden por la vehemente protesta de los militantes del partido.

[12]​ En el II Congreso Regional (celebrado en marzo de 1965) se aprobó que el secretario regional de la dirección fuese jefe del Estado y que la dirección regional designase al primer ministro, al gabinete, al jefe del Estado Mayor y a los principales jefes militares.

[12]​ Debido a esta decisión, Aflaq perdió la Secretaría General y la obtuvo Munif al-Razzaz.

[12]​ Al-Razzaz era un jordano nacido en Siria que no estaba suficientemente avezado en los entresijos del partido como para resolver la crisis, aunque durante su mandato hubo varias reuniones entre las direcciones nacional y regional.

Umran volvió del exilio, recuperó la cartera de Defensa y fue nombrado nuevamente comandante en jefe de las Fuerzas Armadas; Mansur al-Atrash obtuvo la presidencia del nuevo Consejo Nacional Revolucionario.

[14]​ Assad, que no tenía ninguna simpatía por los aflaquistas, rehusó emplear la fuerza.

[14]​ Ante el inminente golpe, Assad, Naji Jamil, Husayn Mulhim y Yusuf Sayigh partieron a Londres.

[15]​ El comité militar reaccionó al día siguiente, pero antes empleó una treta que confundió a la dirección nacional.

[16]​ Después de que estos focos fuesen sofocados, casi cesó toda resistencia: al-Razzaz fue único el miembro de la dirección nacional que organizó cierta oposición tras las derrotas militares, emitiendo declaraciones contra el Gobierno desde sus diferentes escondrijos.

[17]​ Más tarde, en una entrevista en Le Monde, Assad afirmó que lamentaba la intervención de los militares, ya que el Partido Baaz era democrático y las disputas internas debían haberse resuelto por medios democráticos.

[18]​ Puso en marcha medidas radicales tanto en política interior como exterior y trató de reformar completamente la sociedad.

[18]​ Aunque Assad y Jadid coincidían ideológicamente, disentían en la forma en que debían alcanzar sus metas.

[22]​ Algunos autores afirman, y entre ellos descuella Avraham Ben-Tzur, que la ideología baasista aplicada en el país tras el golpe debería en realidad llamarse neobaasismo, ya que difería completamente de la propugnada por Aflaq, Bitar y los aflaquistas en general.

[24]​ La expulsión de Aflaq, Bitar, y la dirección nacional supuso el mayor cisma en la historia del movimiento baasista.

[32]​ Varios veteranos del partido sirio, como Bitar, Hafiz, Shibli al-Aysami y Elias Farah, visitaron Irak o felicitaron a Ahmed Hasan al-Bakr, el secretario regional de la dirección regional iraquí.

[39]​ Poco después del golpe de 1966, la dirección regional siria erigió una estatua en honor a Arsuzi.

[42]​ El Baaz sirio negó toda legitimidad al iraquí, aunque este se mostró más conciliador con aquel.

[43]​ Bakr, por ejemplo, afirmó poco después de alzarse con el poder que tanto ellos como los sirios eran baasistas.

[43]​ Cuando Assad derrocó a Jadid en el Movimiento Correctivo de 1970, la situación no cambió: el primer comunicado publicado por las direcciones nacional y regional sirias tachaba al Baaz iraquí de «camarilla derechista».

De izquierda a derecha: el ministro del Interior, Muhammad Rabah al-Tawil; el jefe del Estado Mayor, Mustafa Tlass; el comandante del frente del Golán, Ahmad al-Meer; y Salah Jadid.
El golpe de 1966 originó la escisión del Partido Baaz: entre 1968 y 2003, existieron dos direcciones nacionales. En la imagen, Ahmed Hassan al-Bakr y Michel Aflaq .
Miembros de la dirección nacional del Partido Socialista Árabe Baaz, dominada por los iraquíes; de izquierda a derecha: el secretario general Michel Aflaq, el vicepresidente de Iraq Saddam Hussein (al fondo), el vicesecretario general Shibli al-Aysami y el presidente de Irak Bakr, entre otros.