[3] El mandato tenía carácter feudal, y dependía de la oligarquía semiliberal.
[7] No obstante, la misma élite que había gobernado Siria durante el mandato continuó detentando el poder y gobernando de la misma manera que antes de la independencia.
Aun así, aunque debilitadas políticamente, las clases privilegiadas tradicionales siguieron controlando la mayoría de la riqueza del país.
El movimiento árabe Baaz lo fundaron Michel Aflaq y Salah al-Din al-Bitar en la década de 1940; otros que también desempeñaron un papel notable en las primeras etapas del movimiento fueron Zaki al-Arsuzi, Wahib al-Ghanim y Jallal al-Sayyid.
Incluso los fundadores, de inclinaciones liberales y democráticas, preferían la segunda opción, alegando la corrupción que caracterizaba los procesos electorales en el país.
Antes de tomar poder, el partido suponía que podría compartirlo con Gamal Abdel Nasser en la República árabe Unida (RAU).
El comité militar, que desencadenó la Revolución del 8 de marzo, compartía fundamentalmente sus posiciones.
La élite tradicional que tomó poder en Siria cuando el país se independizó de Francia era la misma que lo había detentado durante el anterior Mandato francés de Siria y Líbano.
Los alauitas, drusos e ismailíes por ejemplo, eran grupos étnicos de clase social baja que empezaron a adoptar una variante radical del nacionalismo árabe, el baasismo.
[19] Sin el campesinado no podría haberse producido una revolución baasista en Siria.
Los jóvenes conspiradores del comité militar se enfrentaban a un régimen en decadencia sostenido por la élite tradicional, que había perdido el poder político.
Los nasseristas, por el contrario, se coligaron con los baasistas, aunque respaldaban a Gamal Abdel Nasser y abogaban por restaurar la RAU.
La maniobra tuvo éxito y los oficiales enviados al coronel le prometieron la jefatura del Estado Mayor en caso de triunfar el golpe; si este fracasaba, al-Hariri podría negar toda colusión con los confabulados.
[23] Los civiles baasistas, sin embargo, reprobaban las actividades conspiratorias del comité militar.
En realidad, ambos grupos se necesitaban: Aflaq necesitaba al comité militar para hacerse con el poder, pero este precisaba de aquel para conservarlo, ya que, sin el político, carecía de apoyo popular.
No obstante, ese día agentes del espionaje militar asaltaron el piso donde los confabulados habían acordado reunirse.
[25] La noche del 7 al 8 de marzo, tanques y otras unidades que participaban en la maquinación contra el Gobierno se encaminaron a Damasco.
[26] El capitán Salim Hatum, miembro del partido, tomó la estación radiofónica de la ciudad.
Assad envió un emisario para advertir a los mandos que bombardearía la base si no se rendían.
[26] El golpe había sido casi incruento y la población en general lo recibió con indiferencia.
Esto no cambió el equilibrio de poder, que detentaban los militares.
Desde el principio, los militares del consejo acordaban en privado las medidas políticas sin contar con el resto de miembros del CNDR, lo que llevó a al-Atrash a protestar por esta situación.
[27] Desde entonces, Umran comunicó a los civiles el sentido general de las medidas que estudiaban los militares.
Aunque Atassi y Hariri obtuvieron así cargos importantes, carecían de poder para retar al CNDR.
Los oficiales nasseristas también obtuvieron cargos notables: Muhammad al-Sufi devino ministro de Defensa y Rashid al-Qutayni, segundo del Estado Mayor.
Considerando que sus miembros eran demasiado jóvenes de ser percibidos por la población como dirigentes serios, el comité militar nombró al coronel Amin al-Hafiz ministro del Interior.
El Gobierno iraquí contrario a la unión había sido derrocado por los militares partidarios de ella en 1963.
[37][38] Además, se ordenó a al-Hariri que viajase directamente de Argelia a los Estados Unidos, pues se le había nombrado agregado militar de la embajada siria en Washington.
[41][42] Atacaron el Cuartel General del Ejército, defendido por al-Hafiz, y la estación de radio; en los combates murieron varios cientos de personas, entre ellos, varios civiles atrapados en el fuego cruzado.