[4] Mientras que Montealegre y Jiménez pertenecían ambos al grupo de antimoristas que habían derrocado y ejecutado al héroe de la Campaña nacional, Juan Rafael Mora Porras, así como buscaron borrar su recuerdo de la historia costarricense, Guardia por el contrario había sido morista y pasado el golpe tomó ingentes esfuerzos por conectar su propia figura y gobierno con el de Mora.
[4] Guardia no pertenecía a la poderosa oligarquía cafetalera costarricense, élite política que había gobernado ininterrumpidamente hasta entonces.
Inmediatamente después del golpe, Guardia convocaría a una Asamblea Constituyente que redactó una nueva constitución, sumamente progresista para la época y de fuerte raigambre liberal.
La fecha del golpe se conmemoraba cada año bajo su régimen utilizando dianas que recorrían el país, con actos cívicos en los consejos municipales de cada cabecera de provincia, desfiles militares, una misa y banquete.
Guardia gobernaría como hombre fuerte del país directamente o a través de testaferros hasta su muerte en 1882.