Regresó al país en el invierno de 1944, tras la evacuación del territorio griego por las fuerzas alemanas.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, el dictador griego Ioannis Metaxás, a pesar de su admiración por las potencias fascistas, decidió mantener la neutralidad del país en el enfrentamiento, con cierto favor hacia Gran Bretaña,[1] principal potencia en los asuntos del país.
[3] Tras pasar por Sudáfrica el Gobierno se trasladó a Londres en septiembre de 1941.
[8] Su nombramiento coincidió con la purga final de los más notables metaxistas del Gobierno.
[13] El Gobierno británico otorgaba gran importancia a la composición del Gobierno griego, considerando al país crucial para los intereses británicos y sus comunicaciones con Egipto, la India y las posesiones coloniales en Asia.
[13] A consecuencia de la crisis varios venicelistas entraron en el Gobierno.
[15] El Foreign Office, sin embargo, se opuso a aprovechar la oportunidad para formar un Gobierno de coalición que, desde su punto de vista, hubiese sido «claramente republicano, si no comunista».
[16] Estos respondieron exigiendo entrar en el gobierno y obtener la carteras de Interior, Justicia y Defensa, perdiendo el respaldo de Tsouderos, que vio esta demanda como una amenaza a su autoridad.
[16] En septiembre los delegados guerrilleros regresaron a Grecia, muy descontentos y sospechando que los británicos albergaban planes para imponer la vuelta del soberano incluso por la fuerza.
[16] Poco después estallaba la guerra civil entre las guerrillas griegas y los británicos suspendieron su ayuda a ELAS y trataron de ganar apoyos a para su protegido, Napoleón Zervas,[16] caudillo de EDES, la guerrilla más probritánica.
[17] Tsouderos dimitió y Sofoklis Venizelos le sucedió brevemente al frente del ejecutivo.
[19] El comité central, sin embargo, rechazó las concesiones hechas por sus delegados y aumentó sus exigencias.
[21] Estas debían respaldar la autoridad del gabinete, incluso con el uso de la fuerza.