Comenzó estudiando canto en Zagreb, y, posteriormente, en Údine con Alberto Giovannini.
En 1879 se presenta en Bilbao, Lisboa y el Teatro Real de Madrid.
En ese teatro actúa en Lucia di Lammermoor, Il trovatore, I puritani, Lohengrin y Hamlet, quizás su papel más característico.
Hasta 1907, las autoridades austriacas no le permiten volver a su país natal, después de levantarle una condena (tras la mediación del Papa) por haber desertado del ejército en su juventud.
Durante su carrera destacó especialmente en las óperas de Verdi y Wagner, aunque, en su última etapa, con el deterioro de la calidad de su voz, se dedicó a los papeles bufos de Rossini o Donizetti, destacando en Don Pasquale o Il barbiere di Siviglia, así como al repertorio clásico (Monteverdi y Cavalieri).