Giulia Adinolfi

En 1955 obtuvo plaza definitiva en la enseñanza primaria en Somma Vesuviana (frazione Alaia), un municipio cercano a Nápoles.

Mientras ejercía de maestra en el ámbito rural, estudió Filología hispánica y se licenció con una tesis sobre La Celestina.

Se vinculó como investigadora al Instituto Italiano por gli Studi Storici (IISS), que había sido creado por Benedetto Croce.

[2]​Su mentor en aquellos primeros años fue el hispanista Salvador Battaglia director de la prestigiosa revista Filología Romanza, en la que Giulia publicó dos artículos: «La Celestina e la sua unità di composizione» (1954), fruto de su trabajo de tesis de licenciatura donde defendía interpretaciones sobre la obra y su autoría que han inspirado estudios posteriores en la misma línea; y «Le Cartas Marruecas di José Cadalso e la cultura spagnola della seconda metà del settecento» (1956) en que aporta una revisión del siglo XVIII español.

La presencia y la orientación que Giulia imprimió al Movimiento de Mujeres Democráticas era un hecho insólito por su riqueza teórica.

[9]​ Ese mismo año y hasta 1971, Giulia Adinolfi formó parte del comité de redacción de la revista clandestina Nous horitzons, que publicaba el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUdC), junto con Josep Ferrer, Josep Fontana, Xavier Folch, Josep Termes, Francesc Vallverdú y Manuel Sacristán que era su director.

Más adelante, a finales de los años setenta, colaboró con la Revista Materiales.

Una vez más, sus textos se convirtieron en un referente de debate para el movimiento feminista.

En octubre del 2005, con motivo del vigésimo quinto aniversario de su muerte, tuvo lugar la jornada Giulia Adinolfi (1930-1980): pensamiento crítico y práctica política, en homenaje a su memoria y maestría.