[4][8] Sixto IV le envió como legado a Siena, Florencia, Ferrara y Venecia para tratar con los gobernantes el asunto relativo a la cruzada contra los turcos.
Fue cardenal obispo de Frascati desde 1479 y camarlengo del Colegio Cardenalicio en 1480.
Fue cardenal elector en los cónclaves de 1471, 1484 y 1492, en el que fue papable.
Enfermo e impedido del movimiento durante sus últimos años, murió en Padua en 1501 dejando en su testamento 100.000 ducados a la República de Venecia para la guerra contra los turcos y varios miles más para iglesias y monasterios.
[11][12] Trasladado a Venecia, fue sepultado cuarenta días después en la capilla Zeno, construida ex profeso en el nártex de la Basílica de San Marcos.