Nacido en Berlín, en el seno de una familia asquenazí asimilada, se afilió pronto al movimiento sionista siendo todavía un joven estudiante.
El libro Bahir fue sucedido por otros muchos estudios y publicaciones, como resultado de lo cual la historia de la Kabalah, malinterpretada a través de la ignorancia, por prejuicio racionalista o entusiasmo romántico, se estableció como una disciplina mayor y su estudio se basó en una sólida base filológica.
La relación de Scholem con el sionismo le llevó a una comprensión profunda de la tradición histórica, religiosa y cultural del judaísmo, a cuyo estudio e interpretación se consagró.
Fundó una escuela de estudios sobre la mística judía.
Scholem recibió títulos honorarios de muchas instituciones académicas y fue depositario de numerosas distinciones y premios, incluyendo el premio Israel para estudios judíos (1958).