En 1891 se va a Australia atraído por la «fiebre del oro», donde permaneció por diez años, hasta que volvió a Inglaterra por Ciudad del Cabo en 1902.
En 1903, lo emplea Sir Isaac Balfour en el herbario del Real Jardín botánico de Edimburgo.
Su primera expedición la hace a la provincia china de Yunnan y es tanto productiva como terrible.
Llega a la ciudad def Talifu (Dali) en agosto de 1904 con su base de operaciones, se toma tiempo para conocer a la gente y hace esfuerzos en aprender el idioma.
Respetó mucho a la gente local y su cultura y más tarde demostraría en la práctica su gratitud pagando de su propio pecunio la vacunación de miles de lugareños contra la viruela, enfermedad que en aquell época aún mataba a millones en el mundo.