Su madre, Dietpurg, falleció en el parto, por cuya razón se le invocó como abogado de las mujeres encinta, de lo que se hallan ejemplos aun en el siglo XVIII.
No es probable ingresase en ningún convento, aunque Bucelino pretende que fue benedictino.
Los antiguos escritores no dan detalles sobre su episcopado, limitándose a elogiar en general su mérito y virtudes: Presidió un Concilio de Constanza, cuya celebración se indica simplemente, sin decir lo que en él ocurrió.
Hurer en su Helvetia sancta sostuvo que Inocencio II canonizó a Gebardo en el Concilio de Pisa en 1134.
Los bollandistas la imprimieron en latín, unida a la biografía del santo publicada en 1511 en dos volúmenes por un autor de Bregenz.