Gato (dispositivo)

Estos dispositivos se clasifican generalmente por su capacidad máxima de elevación (por ejemplo 1,5 toneladas o 3 toneladas), y para algunas aplicaciones también es importante fijar la máxima distancia a la que pueden desplazar la carga.

Los gatos mecánicos se utilizan preferentemente para cargas relativamente pequeñas, y es habitual que estén diseñados para accionarse manualmente o mediante pequeños motores (como en el caso de los gatos que se incluyen en los automóviles para sustituir una rueda en caso de avería).

Así mismo, en procesos de edificación sencillos (como la sujeción de encofrados o cimbras), se utilizan mecanismos de izado muy sencillos, que son meramente sistemas de vástagos roscados, que se accionan manualmente con barras metálicas que se utilizan como palancas.

Los sistemas habituales utilizados en los gatos están basados en máquinas simples (como son las palancas, los engranajes o los tornos), que utilizan el principio de la equivalencia del momento de fuerzas (una fuerza manual pequeña

el coeficiente de multiplicación mecánica que proporciona el gato.

Los gatos hidráulicos se utilizan en aplicaciones que requieren una gran capacidad de carga, o bien una máxima facilidad y velocidad de accionamiento (especialmente en las operaciones de plegado, que son inmediatas) para cargas medianas.

Sus principales ventajas están relacionadas con su potencia y velocidad, con la posibilidad de controlarse mediante servomecanismos, y con la minimización de las pérdidas mecánicas asociadas con el rozamiento.

Los gatos más potentes utilizan bombas eléctricas, capaces de proporcionar la presión hidráulica necesaria para actuar a distancias considerables y con capacidad para desplazar grandes tonelajes de carga.

El funcionamiento del gato hidráulico responde al principio de Pascal, que establece que la presión aplicada sobre un fluido contenido en un recipiente cerrado se transmite de forma uniforme en todos sus puntos.

El dispositivo, en su forma más sencilla, tiene dos émbolos dispuestos en forma de "U", uno de sección muy pequeña (en el que se aplica la presión al fluido mediante una palanca o una bomba), y el otro de sección muy grande (donde se coloca la carga que se quiere elevar).

De igual forma, una segunda válvula permite la entrada del fluido desde un depósito hacia el émbolo pequeño cuando se alza la palanca, quedando listo el dispositivo para un nuevo ciclo de impulsión.

Sin embargo, hay que esperar hasta el Renacimiento (cuando se empieza a desarrollar el conocimiento práctico y teórico de cómo funcionan engranajes y piezas roscadas) para encontrar los primeros diseños de mecanismos mecánicos para la elevación de cargas pesadas (relacionados con lo que hoy en día se conocen como gatos mecánicos); como atestiguan algunos dibujos del siglo XVI contenidos en el Codex Atlanticus de Leonardo da Vinci.

[4]​), aunque desde finales del siglo XX[5]​ se haya extendido paulatinamente en algunos modelos la decisión de sustituir la rueda de repuesto (y en consecuencia, el gato), por un espray de espuma, que aplicado a una rueda pinchada, permite rodar algunos kilómetros hasta un taller.

Gato utilizado en NASCAR .
Gato de tijera plegado y desplegado
Husillo, mecanismo simple en el que se basan los gatos de tijera
Transpaleta de elevación hidráulica
Esquema del funcionamiento de un gato hidráulico
Diseño de Leonardo da Vinci
Gatos antiguos
Gato de automoción moderno, desplegado y plegado
Gato de carretilla
Izado del encofrado de un puente mediante un sistema de gatos hidráulicos
Gato hidráulico de 100 toneladas de capacidad diseñado para apear vigas
Sistema de gatos hidráulicos de una tuneladora