La transpaleta manual o transpaleta hidráulica constituye un equipo básico, por su sencillez y eficacia y que tiene un uso generalizado en la manutención y traslado horizontal de cargas unitarias sobre palé, desde los lugares de operación -generalmente las máquinas- a los lugares de almacenamiento o viceversa.
Aunque en un principio puede parecer excesivo el esfuerzo a realizar por una persona para desplazar el transpalé con ese peso, en realidad no es tan costoso gracias al sistema de ruedas y cojinetes que posee, siempre que se haga sobre pavimentos llanos, lisos y pulidos.
La transpaleta eléctrica es una evolución de la transpaleta manual que está indicada para un uso más intensivo, incorpora baterías y un motor eléctrico que realiza las funciones de desplazamiento y elevación, lo que permite desplazar las cargas con mayor facilidad al no exigir tanto esfuerzo físico del operario.
Las transpaletas eléctricas funcionan con baterías que proporcionan una autonomía de 8 a 10 horas.
En modelos de gran tamaño existen multitud de diseños y configuraciones -siempre adaptados para trabajar en espacios reducidos- que algunos resultan ser un híbrido entre transpaleta y carretilla elevadora, dado que poseen mástil y son capaces de elevar la carga a una cierta altura y están destinados para un uso intensivo al disponer de asiento favoreciendo el confort del operario.