El Juego de la vida es un autómata celular diseñado por el matemático británico John Horton Conway en 1970.
Es un juego de cero jugadores, en el que su evolución es determinada por un estado inicial, sin requerir intervención adicional.
El "tablero de juego" es una malla plana formada por cuadrados (las "células") que se extiende por el infinito en todas las direcciones.
En otras palabras, son patrones que tras un número finito de generaciones vuelven a su estado inicial.
El estátor son las células que permanecen vivas durante todas las fases de la evolución del oscilador.
Las naves espaciales, también conocidas como planeadores, son patrones que reaparecen en otra posición tras completar su período.
Esto es, son patrones que tras un número finito de generaciones vuelven a su estado original pero en una ubicación diferente.
Desde una perspectiva matemática muestra cómo los ajustes iniciales mínimos pueden generar una evolución prolongada.
Como ejemplos notables se pueden mencionar: Los patrones de crecimiento indefinido son configuraciones que, a diferencia de los matusalenes, no se estabilizan ni desaparecen, sino que continúan expandiéndose en el espacio sin límites teóricos.
Algunos ejemplos clásicos incluyen: Los cañones son patrones estacionarios que generan naves espaciales, como planeadores, a intervalos regulares.
Los cañones son fundamentales para muchas construcciones avanzadas, ya que permiten crear secuencias de eventos periódicos y predecibles.
Una locomotora básica consiste en osciladores móviles que mantienen su forma mientras crean celdas residuales a lo largo de su trayectoria.
Algunos diseños más complejos pueden ajustar la densidad y el tipo de basura generada, haciendo que las locomotoras sean útiles para aplicaciones específicas.
También se puede construir una estructura que actúe como una máquina de estados finitos conectada a dos contadores.
Un autómata celular se llama omniperiódico si existen osciladores de todos los periodos.
Al comienzo del milenio, solo quedaban doce periodos de oscilador por encontrar: 19, 23, 27, 31, 34, 37, 38, 39, 41, 43, 51 y 53.
El Juego de la Vida no es solo una curiosidad matemática, sino que también tiene aplicaciones prácticas en diversos campos: 1.
HighLife ("Alta Vida") es 23/36, porque es similar al juego original 23/3 solo que también nace una célula si tiene 6 vecinas vivas.