Al noroeste del alcázar madrileño se situaba un jardín, entonces el único existente en el edificio.[1] En 1562, su hijo Felipe II mandará al arquitecto Juan Bautista de Toledo cerrar mediante cristales la galería, al gusto de lo que había visto en su estancia en Inglaterra.Barbeito considera este hecho «la primera decisión personal que el joven monarca tomaba para crear un espacio a su gusto dentro del antiguo alcázar.»[2] A la vez, Felipe II mandará restructurar el jardín del Cierzo al gusto renacentista.[4][5] En esa época, en la galería se disponían mesas de trucos (juego similar al billar).Su arquitectura era similar a las arquerías de los patios principales del Alcázar.