Al sur del río se extiende a lo lejos la cordillera Ibérica, de la que es más visible el Moncayo.
Las altas temperaturas, la escasez y el marcado carácter estacional de las lluvias, más frecuentes en otoño e invierno, hacen que no existan manantiales o arroyos permanentes durante todo del año.
Las cuencas fluviales son torrentes tributarios del Ebro y se corresponden con las conocidas como subtropicales mediterráneas.
La diferencia de temperaturas entre verano e invierno es extrema, acentuada por la insolación y el viento.
La topografía y la masa forestal constituyen los factores modificadores del tipo de clima dominante.
En verano las elevadas temperaturas contrastan con las umbrías del bosque de ribera mucho más frías y húmedas.
En el área actual ocupada por el Parque Natural, se encuentran extensos bancos de grava y arena muy poco fértiles y difíciles de roturar, donde no se puede dar una gran producción en las cosechas por la pobreza del terreno.
La zona más fértil del galacho de Juslibol, ocupada por ripario, se salvó de su roturación total al pertenecer a una empresa constituida por el empresario zaragozano C. Lobera, que adquirió las tierras para extraer grava, arenas y otros áridos.
Posteriormente a la formación del galacho se excavaron grandes cavidades por la extracción de gravas y arena.
Actualmente en la mayor parte del cauce, la defensa es hoy ejercida por costosas obras de ingeniería y la vegetación ribereña interviene únicamente como factor en procesos locales.
Sin embargo las especies herbáceas y pratenses, estacionales y de pequeño porte son su mayor riqueza, ya que varias de las especies presentes son ahora raras o están extinguidas y con ellas las especies animales invertebradas que dependen de ellas: Coleópteros, como el escaso Buprestis sanguinea, con un llamativo dimorfismo sexual, ortópteros no voladores (chicharra Ephippigerida pantingana), lepidópteros, termitas, etc.
En el área kárstica del cortado y zonas limítrofes también se encuentran especies animales vertebradas e invertebradas asociadas a las oquedades que viven o se refugian en grietas y cuevas, sean naturales o de origen antrópico.
El número de las especies vegetales presentes es muy grande, siendo algunas muy características, entre ellas destacan: Alisma plantago-aquatica, Equisetum ramosissimum, Calystegia sepium, Camphorosma monspeliaca, Cyperus fuscus, Cyperus difformis, Cyperus flavescens, Echinochloa crus-galli, hierba azul, Polygonum persicaria, Polygonum lapathifolium, Xamthium strumarium, Paspalum paspalodes, Andryala ragusina, Lolium perenne, Mercurialis tomentosa, Scrophularia canina, Plantago sempervivens, Ononis natrix, Santolina rosmarinifolia, Lactuca serriola, ajo (Allium neapolitanum, Allium roseum), Alopecurus myosuroides, Amaranthus deflexus, Anagallis foemina, Arthrocnemun macrostachyum, Asparagus acutifolius, Arum italicum, Asphodelus albus, Beta vulgaris, Bulbocodium vernum, Calendula arvensis, Centaurea scabiosa, Dipsacus fullonum, Ecballium elaterium, Ephedra altissima, Globularia alypum, Iris lutescens, Malva sylvestris, Muscari comosum, Narcissus papyraceus, Osyris alba, Cladium mariscus, Scirpus holoschoenus, Scirpus palustris, Scirpus lacustris, Scirpus mucronatus, Juncus acutus, Juncus subulatus, Juncus gerardi, Juncus inflexus, Trifolium fragiferum, Cynodon dactylon, dos especies de tamariz, Tamarix gallicum (tamariz) y Tamarix africana (taray).
En el caso de la vegetación existente en la actual área protegida, desde mitad del siglo pasado se ha perdido en torno al 60 por ciento, fundamentalmente debido al pastoreo, la roturación y la puesta en cultivo para sembrar alfalce (alfalfa) y panizo (maíz).
La masa de agua más importante por su tamaño es el antiguo meandro pantanoso de aguas estancadas y poco profundas sujeto a enormes variaciones estacionales que lo pueden convertir en un lago, en el cual crece una vegetación acuática estable.
Los suelos salinos aunque estén empapados de agua son fisiológicamente secos para las plantas no especializadas, las plantas halófitas llegan a soportar concentraciones de sal del 10%, las lluvias pueden hacer que el agua varie su salinidad.
syriaca (cascabeles) etc, y lianas como Rubus ulmifolius (zarza), Rubus fruticosus (zarzamora), Rubus caesius (zarza de bosque), vid, esparragueras (Asparagus maritimus, Asparagus acutifolius, Asparagus aphyllus, Asparagus horridus), Bryonia dioica (nueza blanca), Clematis vitalba (clemátides), Dioscorea communis (nueza negra o tamus), Solanum dulcamara, varias campanillas del género Calystegia, Ruscus aculeatus (rusco), Rubia peregrina, Lonicera japonica (madreselva japonesa) Lonicera periclymenum (madreselva de bosque), y las yedras Hedera iberica y Hedera helix.
El "monte", formado por matorrales esclerófilos de crecimiento muy muy lento, mediterráneos y submediterráneos se sitúa en la zona esteparia, al pie del escarpe, en el mismo y por encima de él, (piedemonte, páramo, yesos) se trata de una zona muy degradada por el sobrepastoreo y la corta de matorral para leña o fabricar carbón vegetal en tiempos pasados y ocupada en la actualidad por romero, ferula, espino negro (Rhamnus), retama de monte, aliaga, aulaga, efedra, coscoja, escasos ejemplares de Satureja montana, Cistus albidus, enebros y sabinas casi desaparecidos (Juniperus communis, Juniperus oxycedrus, Juniperus phoenicea, Juniperus thurifera), varias especies de tomillos y similares (Thymus vulgaris, Thymus zygis, Thymus borgiae, Thymus izcoi, Teucrium capitatum, Atractylis humilis) y herbáceas como Adonis vernalis, Gypsophila struthium, Eruca vesicaria, oreja de liebre, osagra, albaidas (Anthyllis cytisoides, Anthyllis vulneraria), hinojos, sisallos (Salsola oppositifolia, sisallo, Salsola genistoides, capitana, Salsola iberica), asfodelos, alcanforera, artemisas (Artemisia herba-alba, Artemisia vulgaris, Artemisia campestris), matabueyes (Bupleurum fruticosum, Bupleurum semicompositum, Bupleurum spinosum), geranios, Parapholis incurva, esparraguera, Brachypodium distachyon, Dactylis glomerata, albardínes, esparto verdadero, esparteras (Stipa tenacissima, Stipa gigantea, Stipa parviflora, Stipa barbata, Stipa lagascae, Stipa pennata, Stipa capensis, Stipa offneri, Stipa caudata) Filago pyramidata, Desmazeria rigida, ontinas (Santolina chamaecyparissus, Santolina rosmarinifolia) linos, avena loca, lastones... una buena parte de las plantas pratenses son geófitos o efimerófitos: Sternbergia colchiciflora, Hornungia petraea, Krascheninnikovia ceratoides, Lepidium subulatum, Calendula arvensis, Coris monspeliensis, en marzo los alhelíes en flor son llamativos (Matthiola lunata, Matthiola fruticulosa)... Se ha repoblado en el páramo con Pinus halepensis y es importante en el piedemonte un gran seto de cañaveral (Arundo), que ofrece cobijo a muchas especies de vertebrados y está siendo colonizado lentamente por especies de vegetación leñosa y de la "orla espinosa".
Debido a la barrera montañosa frente a las masas húmedas en la depresión del Ebro el clima resultante es más seco que el mediterráneo típico y las precipitaciones en forma de lluvia y nieve están por debajo de los 400 milímetros anuales.
Las escasas precipitaciones hacen que la niebla producida por el río en los meses invernales (especialmente en diciembre) sea muy importante para la vegetación de esclerofitos del monte.
Las especies más interesantes desde el punto de vista botánico, dada su escasez en el Valle medio del Ebro son: Alisma lanceolatum, Cephalanthera damasonium, Cucubalus baccifer, Dorycnium rectum, Iris foetidissima, Iris spuria, Lithospermum officinale, Lysimachia vulgaris (población aislada relicta del antiguo soto), Rhagadiolus edulis, Rosa sempervirens, Trifolium obscurum, Vulpia muralis.
Las especies autóctonas forman grandes poblaciones en verano y otoño por lo cual el galacho es menos frecuentado en esas estaciones.
No obstante, a estas especies se han sumado otras de mosquito foráneas, generalmente asiáticas, con distintas ecologías que cubren la mayor parte del año.
No obstante, es más fácil escuchar o apreciar sus rastros (huellas, plumas, excrementos...) que verlas directamente.
En primavera y otoño son frecuentes avistamientos de especies raras divagantes, normalmente se trata de ejemplares solitarios de milano negro, cuervo, grajilla, graja, chovas, cuscute, gárrulo, carraca, focha común, pato cuchara, porrón europeo, andarríos, chorlitejo, chorlito, agachadiza, zarapito, correlimos, avoceta, faisán, torcaz, tórtola turca, grulla, avutarda, cigüeña, sisón, ortega, ganga, alcaraván, lechuza campestre, búho chico, búho real, buitre, águila calzada, gavilán, águila imperial, halcón peregrino, azor, alimoche, quebrantahuesos, somormujo, rascón, gaviota reidora, gaviota común, gaviota tridáctila, gaviota sombría, gaviota patiamarilla, Alcaudón común, alcaudón chico, avefría, estornino pinto, estornino negro y otras aves que descansan o se refugian durante sus migraciones o dispersiones.
Además al situarse geomorfológicamente en un área kárstica, el agua subterránea llena cavidades y circula por galerías.
Al fenómeno kárstico se deben los desprendimientos de rocas, que pueden producir grandes desplomes.
Mientras que el agua del acuífero del Ebro es completamente dulce, la procedente de la Plana es salina en algunas áreas o estaciones (aguas viejas), lo que crea ecosistemas de diferentes tipos para fauna y flora especializada.
Las balsas son formadas por el hundimiento del terreno debido a que los yesos del subsuelo se disuelven por las aguas subterráneas y acaban desplomándose formando simas o dolinas que cuando aflora agua se les llama popularmente "Ojos".
Esta situación cambió en el siglo XX y grandes zonas fueron rellenadas con capas de tierra de espesor variado a propósito para evitar el anegamiento, lo que no hizo más que trasladar los cauces.