Gabriela Pizarro

Como ellas, conjugó las principales disciplinas de ese quehacer, entre la investigación, la creación, la difusión y la enseñanza.

Fue en estas visitas en las que conoció el velorio del angelito, la cama redonda, el oficio de los hierbateros y otras costumbres típicas.

Allí conoció a Silvia Urbina, Jaime Rojas, Rolando Alarcón y Víctor Jara, entre muchos otros, lo que la motivó en su labor de investigadora, educadora e intérprete del folclor chileno.

Gabriela Pizarro ya había visto actuar en Santiago al célebre dúo de Las Hermanas Loyola, y ahora encontraba en Margot a una maestra que valoraba el arte popular que ella había conocido en su infancia.

Con este conjunto se presentó hacia 1960 en el Teatro Municipal de Santiago, donde se dio a conocer un extenso trabajo de investigación en Chiloé donde recopilaron bailes como el pavo, el cielito, la trastasera, la pericona y muchos otros.

Con la vuelta a la democracia, editó su libro Veinte tonadas religiosas, y fue presidente de la Asociación Nacional del Folclor de Chile, ANFOLCHI, entre muchas otras actividades, las que se vieron interrumpidas por su muerte.