Elizabeth Anscombe

Es autora, entre otras publicaciones, de Intention (1957) y Collected Philosophical Papers (3 volúmenes 1981).

[2]​Su objetivo era seguir las clases de Wittgenstein, que llamó su atención tras la lectura del Tractatus Logico-philosophicus cuando todavía estudiaba el grado.

[4]​ Al acabar su beca en Cambridge, le otorgaron otra beca de investigación en el Sommerville College, Oxford,[2]​aunque durante el año académico 1946/47 ella siguió yendo a Cambridge una vez por semana a los seminarios de Wittgenstein sobre filosofía de la religión.

Mientras estudiaba en 1939, criticó públicamente la entrada de Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial.

[10]​[11]​[12]​Anscombe dio a conocer su postura en un panfleto (en ocasiones fechado erróneamente)[13]​ que imprimió ella misma poco después de que se aprobara el reconocimiento a Truman.

[14]​ Junto con sus amigas Irish Murdoch, Mary Midgley y Philippa Foot, impulsaron una renovada escuela de pensamiento sobre la filosofía moral.

Para dilucidar este dilema, Anscombe creó un método para reconocer cuando es válido mentir, basado en las características positivas de nuestro receptor.

[18]​ Como joven filósofa, Anscombe adquirió reputación de formidable contrincante en los debates.

Fue la que acuñó el término consecuencialismo, en su ensayo de 1958 La Filosofía Moral Moderna.

[24]​ Como se argumenta en las nuevas monografías Metaphysical Animals y en The Women are Up to Something, las conversaciones éticas de Anscombe con Philippa Foot, Iris Murdoch y Mary Midgley se reconocen cada vez más como un importante desarrollo en la ética de Oxford de la posguerra, constituyendo una reacción contra el superficial idealismo moral kantiano, el prescriptivismo y el verificacionismo practicados por otros filósofos de Oxford de décadas anteriores como Prichard, R.M.