Su primer compromiso lo llevó en 1921 al Frankfurter Künstlertheater de Adam Kuckhoff, donde se representaban innovadoras piezas expresionistas.
Según testigos como Inge Konradi, Gustav Manker y Judith Holzmeister, llegaron a poder representar sus ideas.
Ya bajo su dirección, Haenel combinó “Die letzte Nacht” con la obra en un acto “In Ewigkeit Amen”, de Anton Wildgans, para una velada teatral titulada "Das menschliche Antlitz".
Los dramas rusos fueron representados gracias a obras de Aleksandr Ostrovski, Iván Turguénev y Anatoli Lunacharski (Der befreite Don Quixote, con Max Paulsen.
Albert Bassermann volvió al teatro en 1946 con Der Himmel wartet, interpretando posteriormente a Henrik Ibsen (Baumeister Solness y Espectros).
La obra antifascista estadounidense Vor der Entscheidung, que dirigió Haenel, contó con actuaciones de Attila Hörbiger, Adrienne Gessner y Siegfried Breuer.
Haenel también hubo de representar numerosas comedias ligeras, con favoritos del público como Annie Rosar, Christl Mardayn o Curt Goetz (Das Haus in Montevideo).
Karl Paryla, Otto Taussig, Therese Giehse, Arnolt Bronnen, Wolfgang Heinz y Bertolt Brecht contribuyeron a la reputación del teatro.