Joe Wilson (Spencer Tracy) planea casarse y pone su propio negocio junto a sus hermanos.
Finalmente, tras un intento fallido de ingreso, la gente se ha convertido en una masa que comienza a gritar y a enloquecer, descontrolada arroja fuego e incendia la delegación.
A través de las rejas de la ventana se ve al desgraciado Wilson luchando contra las llamas, en una celda en la que está encerrado, pero aunque logra escapar es dado por muerto ya que el incendio derriba el lugar impidiendo el rescate de cuerpo.
En un segundo bloque de la película, comienza el juicio a las 22 personas que se logra identificar como autores materiales del ataque, gracias a las imágenes de un noticiario cinematográfico, que demuestran su presencia activa en el tumulto, desmintiendo las coartadas que les habían proporcionado testigos perjuros.
Paralelamente, Joe trama junto a sus hermanos la venganza: permanecer como muerto, incluso para su novia, todo sea para que quienes intentaron matarlo sufran tanto como sea posible.