Fue construido en la ribera sur del río Biobío en oposición al Fuerte de la Santísima Trinidad que estaba en la ribera norte y cerca de la conjunción con el Río Tavolevo.
Esta población también cayó bajo la avalancha araucana junto a las otras siete ciudades que fueron arrasadas en la sublevación provocada por la ambición de la familia Salazar.
Las sufridas por estos desdichados mapuches llegaron a los oídos del Mestizo Alejo[1] que se encontraba en su ulmén de Quilleco y adonde llegaron prisioneros casi agónicos llevados desde Millapoa.
Siendo conducidos a su presencia, supo que allí en esa faena minera tenían verdugos negros.
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