Fuerte San Telmo

También se puede llegar haciendo senderismo desde Colliure, pasando por el camino del Molino hasta el castillo.

La historia del fuerte San Telmo empieza con la edificación de su atalaya en el siglo VIII por los moros, és decir, cuando las tropas árabes bereberes ocuparan entre 719 y 759 la Septimania.

Esas torres comunicaron a través de hogueras que permitían alertar las alrededores con señales de humo (negras o blancas, discontinuas o continuas) según el peligro.

De noche se utilizaba madera seca para alertar las guarniciones hasta Perpiñán.

Transformó la fisonomía del fuerte que tomó su aspecto en estrella con seis puntas de paredes inclinadas.

Se retiraron en gran desorden y buscaron refugio en el fuerte San Telmo, pero la traición de su comandante, comandante del batallón Dufour, mantuvo sus puertas cerradas y luego capituló a los españoles.

Al año siguiente, el general Jacques François Dugommier fue nombrado comandante en jefe del ejército de los Pirineos Orientales.

Después del período revolucionario, el fuerte, reunido en la ciudad de Colliure, se transforma en una tienda militar.

La torre se derrumbaba, la galería de tiro estaba parcialmente impracticable y numerosos muros amenazaban desmoronarse.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el fuerte fue ocupado por la marina alemana entre 1942 y 1944.

Algunos edificios fueron dinamitados a su salida para que no pudieran ser utilizados por las tropas aliadas.

Reconstruido en parte en 1950, las grandes obras empezaron en 2004 y desde 2008, el fuerte está abierto al público.

Las paredes están en ángulo para evitar que las balas de cañón hagan demasiado daños.

Además, la terraza de 360 grados permite atacar al sitiador sin ángulos muertos.

Hoy, el piso está habilitado en museo donde están presentados armas y objetos históricos que datan del siglo XVI hasta el siglo XIX : cascos, balas en piedra pulida, en fundición y en hierro resultante de los fosos del fuerte, cañones marítimos, fragmentos de obús, armaduras de caballeros, corazas, armas medievales (guadañas de guerra, heaume, culebrinas) y armas del siglo XVI.

Servían de almacén para la comida, las viviendas y podían alojar también todo el material necesario para el combate.

Aspecto del fuerte en estrella a paredes inclinadas
Fuerte San Telmo visto desde Colliure
Firmas de militares en los ladrillos de la terraza
La sala de armas del fuerte San Telmo