En 1759 la fuente desapareció y sus materiales sirvieron para construir un puente sobre el río Esgueva en el Prado de la Magdalena.
Fue la primera fuente pública que tuvo la ciudad de Valladolid y se tiene noticia de ella desde 1497; se construyó a instancias del Ayuntamiento como un primer paso para que el viaje continuara hasta la plaza del mercado.
Los monjes de san Benito ya habían conseguido desde Argales el agua para su fuente particular del monasterio y en este caso cedió al Ayuntamiento el permiso para hacer uso del manantial de Las Marinas.
Tenía un pequeño frontal rematado por un frontón que estaba adornado con tres bolas de piedra.
Ventura Pérez en su diario, cuando llega al año 1725 da noticia de ella: