No hay referencias sobre las fechas exactas de las obras, aunque se sabe que la fuente ya estaba finalizada en el año 1591.
Está realizada enteramente en piedra de granito, tallada en sillares regulares.
Presenta cuerpo rectangular, coronado por un frontón, con moldura saliente y rematado en sus vértices por tres bolas, elemento decorativo muy utilizado en la arquitectura rural guadarrameña.
Los ornamentos son escasos y se limitan a la presencia en el frontispicio de un escudo de la Casa Ducal del Infantado y del Condado del Real de Manzanares, al que pertenecía el pueblo; y a diversos juegos geométricos labrados sobre la piedra.
Al mismo tiempo, le fueron añadidas dos extensiones laterales semicirculares, diseñadas por el pintor Manuel López-Villaseñor, en las que, a modo de exedra, se dispusieron asientos.