Sugirieron que ninguno de esos dos Evangelios se basó en el otro, sino en una segunda fuente común denominada Q.
[2] En Los cuatro Evangelios: Un estudio de los orígenes [The Four Gospels: A Study of Origins] (1924), Burnett Hillman Streeter sostuvo que una tercera fuente, denominada M y también hipotética, se encuentra detrás del material de Mateo que no tiene paralelo en Marcos o Lucas.
Los estudiosos señalan que las similitudes entre Marcos, Mateo y Lucas son demasiado grandes para ser contadas como mera coincidencia.
Se aceptó además que este Evangelio fue compuesto originalmente en griego koiné, cerca de Roma.
El nombre Q fue acuñado por el teólogo alemán y biblista Johannes Weiss como abreviatura de Quelle, "fuente".
Mientras que la hipótesis de los cuatro documentos permanece como una explicación popular para los orígenes de los evangelios sinópticos, algunos cuestionan cómo una fuente importante y respetada, utilizada en un evangelio canónico, podría desaparecer totalmente.
[cita requerida] Debido a estas preguntas, M permanecerá en duda por algunos, aunque sigue siendo una teoría ampliamente aceptada entre los estudiosos de la Biblia.