Fuente Agria

Los primeros datos de su existencia se remontan al año 1575, durante el reinado de Felipe II,[1]​ debido a que en las Relaciones Topográficas (documento que por orden de Felipe II se mandó escribir) se recogen citas pronunciada por este Rey cuando probó las aguas de esta fuente: “esta villa tiene agua dentro della, la que ha menester para su gasto y beber, en moderada cantidad de pozos y que tiene junto a la dicha villa una fuente que se llama la Fuente Aceda porque el agua della es agria y sale la dicha agua encima de tierra hirviendo hacia arriba ordinariamente sin cesar”.Sobre el año 1850 se publicó en Madrid un documento llamado Ensayo práctico sobre la acción de las aguas minerales, que daba a conocer sus efectos beneficiosos en la salud.Así fue que, llegado 1894, el agua de esta fuente llegó a ser embotellada con el nombre de “agua acidulo alcalino-ferruginosa de Puertollano”, y siendo vendida al precio de 38 céntimos de peseta la botella, aludiendo a que su uso era beneficioso frente a afecciones crónicas, problemas intestinales o enfermedades cutáneas porque, en aquella época, se decía que la ingesta del agua agria ayudaba a activar la circulación, estimulaba el sistema nervioso y favorecía la digestión, además de ser beneficiosa para la piel.Para investigar lo sucedido, se enviaron a hidrogeólogos y obturadores.Finalmente, se replanteó este edificio con una sola planta subterránea y el agua volvió a brotar, eso si, con mucha menos calidad que antes.
Fuente Agria en Puertollano
Casa de baños